Pasos para elaborar un texto Argumentativo
Debemos aplicar los siguientes pasos:
1ª fase: búsqueda de información.
2ª fase: distanciamiento del tema y búsqueda de perspectivas: la técnica pirámide.
3ª fase: posicionamiento propio frente al tema.
4ª fase: esquema previo y organización de contenidos
5ª fase: redacción.
PRIMERA FASE: BÚSQUEDA DE INFORMACIÓN
Siempre que podamos, y como ejercicio básico e imprescindible, debemos informarnos antes de expresar nuestra opinión sobre un tema determinado.
SEGUNDA FASE: DISTANCIAMIENTO DEL TEMA Y BÚSQUEDA DE PERSPECTIVAS (la técnica pirámide)
Observa atentamente estos cuatro dibujos:
Si se nos pide que se identifique cada una de estas figuras, la respuesta seguramente sería clara:
A: cuadrado; B: triángulo; C: dos triángulos unidos, o un rombo partido en dos triángulos; D: cuatro triángulos unidos o un cuadrado partido en cuatro triángulos.
Esto es cierto, pero sabemos que es una verdad parcial y carente de perspectiva y, por tanto, que no se corresponde con la realidad.
La clave para comprender consiste en movernos de donde estamos para cambiar nuestra perspectiva. Cada una de estas cuatro figuras corresponde a una realidad única: una pirámide. Sucede que cada uno la estamos contemplando desde una posición única que nos ofrece una visión parcial que no se corresponde con la realidad completa. Para tener esta visión global tendremos que ir cambiando nuestra perspectiva, rodeando el objeto para integrar en él las distintas imágenes que se nos ofrecen. La realidad, la pirámide, integra en sí todas las figuras anteriores en una única.
Esta rotación de perspectiva que resulta tan evidente en el caso de la pirámide, debemos aplicarla ante cualquier tema que se nos plantee. Si hablamos de inmigración, por ejemplo, pensemos en:
1) El propio inmigrante, la necesidad que puede impulsar a un individuo a abandonar todo cuanto conoce para aventurarse en una travesía incierta donde puede encontrar la muerte.
2) La del ciudadano del país de acogida para quien puede suponer una competencia leal o desleal y ve en él un peligro para su estabilidad laboral o un apoyo como mano de obra necesaria.
3) La del gobierno de acogida que debe regular el flujo migratorio entre el interés por una mano de obra necesaria y la regularización legal de los inmigrantes que trabajen en el país.
4) La del país de origen que puede llegar a propiciar la emigración pensando en las divisas que le puedan llegar.
5) El problema ético que nace de la confusión lamentable entre quienes simplifican el conflicto a términos meramente económicos (países ricos – países pobres) frente al auténtico drama humano por la supervivencia en los países del tercer mundo. Cada una de estas perspectivas nos va a aportar una visión que enriquecerá la reflexión y el valor del conjunto.
EJEMPLO SOBRE UN TEMA CONCRETO:
La eutanasia
¿Cuántas perspectivas podemos apreciar en este tema?
1) La del individuo que pide su propia muerte.
2) La de la persona que ha de facilitarle su muerte.
3) La de la ley.
4) La de la sociedad.
Si nos mantenemos en una perspectiva única, nuestra opinión es breve y pobre. Pero si miramos el asunto desde distintas perspectivas, inmediatamente surgirán interrogantes y respuestas o sugerencias que nos servirán para el desarrollo de la argumentación. De forma rápida, las perspectivas podrían plantearse así:
1) La interna o subjetiva: derecho del individuo Debemos reflexionar sobre el derecho que posee cada individuo para decidir sobre su propia muerte. No parece que nadie pueda interferir en este derecho, pero ¿Cuándo no puede suicidarse tiene derecho a exigir al Estado o a otro individuo que lo haga por él?
2) La externa: la persona que la aplica ¿Puede una persona, una institución o el Estado obligar a un individuo a matar a otro aunque sea por un buen fin (evitar el sufrimiento, por ejemplo)? ¿Cómo puede saber si quien se lo pide lo hace en pleno uso de sus facultades metales y no como síntoma de una enfermedad mental como la depresión?
3) Perspectiva legal ¿Es posible legislar sobre la eutanasia con garantías tanto para el sujeto como para el conjunto de la sociedad? ¿Cómo se legislará la garantía de que sea una decisión libre, voluntaria y consciente del individuo? Si se nombra un tribunal para que decida, ¿quiénes lo integrarán y con qué criterios de decisión?
4) En relación con la sociedad ¿Cómo asume la sociedad la regularización del deseo de morir? ¿Chocaría con principios religiosos, morales y éticos ancestrales o no?; (para los cristianos, musulmanes y judíos la vida es un don de Dios y solo Dios puede disponer de ella).
TERCERA FASE: POSICIONAMIENTO PROPIO FRENTE AL TEMA
Antes de empezar a redactar nuestra propia argumentación todavía nos falta un paso: definir nuestra postura ante el tema, y hacerlo sin miedo. El posicionamiento que adoptemos frente al asunto sobre el que opinamos constituye nuestro “tema”, es la idea que vamos a tratar de transmitir como conclusión en nuestro escrito y va a condicionar el desarrollo del mismo.
Tendremos que elegir como dominante, que no excluyente, aquella perspectiva que para nosotros tenga más fuerza lógica, moral o legal que las demás sin que ello suponga negar lo que de cierto haya en otras perspectivas analizadas.
Debemos aplicar los siguientes pasos:
1ª fase: búsqueda de información.
2ª fase: distanciamiento del tema y búsqueda de perspectivas: la técnica pirámide.
3ª fase: posicionamiento propio frente al tema.
4ª fase: esquema previo y organización de contenidos
5ª fase: redacción.
PRIMERA FASE: BÚSQUEDA DE INFORMACIÓN
Siempre que podamos, y como ejercicio básico e imprescindible, debemos informarnos antes de expresar nuestra opinión sobre un tema determinado.
SEGUNDA FASE: DISTANCIAMIENTO DEL TEMA Y BÚSQUEDA DE PERSPECTIVAS (la técnica pirámide)
Observa atentamente estos cuatro dibujos:
Si se nos pide que se identifique cada una de estas figuras, la respuesta seguramente sería clara:
A: cuadrado; B: triángulo; C: dos triángulos unidos, o un rombo partido en dos triángulos; D: cuatro triángulos unidos o un cuadrado partido en cuatro triángulos.
Esto es cierto, pero sabemos que es una verdad parcial y carente de perspectiva y, por tanto, que no se corresponde con la realidad.
La clave para comprender consiste en movernos de donde estamos para cambiar nuestra perspectiva. Cada una de estas cuatro figuras corresponde a una realidad única: una pirámide. Sucede que cada uno la estamos contemplando desde una posición única que nos ofrece una visión parcial que no se corresponde con la realidad completa. Para tener esta visión global tendremos que ir cambiando nuestra perspectiva, rodeando el objeto para integrar en él las distintas imágenes que se nos ofrecen. La realidad, la pirámide, integra en sí todas las figuras anteriores en una única.
Esta rotación de perspectiva que resulta tan evidente en el caso de la pirámide, debemos aplicarla ante cualquier tema que se nos plantee. Si hablamos de inmigración, por ejemplo, pensemos en:
1) El propio inmigrante, la necesidad que puede impulsar a un individuo a abandonar todo cuanto conoce para aventurarse en una travesía incierta donde puede encontrar la muerte.
2) La del ciudadano del país de acogida para quien puede suponer una competencia leal o desleal y ve en él un peligro para su estabilidad laboral o un apoyo como mano de obra necesaria.
3) La del gobierno de acogida que debe regular el flujo migratorio entre el interés por una mano de obra necesaria y la regularización legal de los inmigrantes que trabajen en el país.
4) La del país de origen que puede llegar a propiciar la emigración pensando en las divisas que le puedan llegar.
5) El problema ético que nace de la confusión lamentable entre quienes simplifican el conflicto a términos meramente económicos (países ricos – países pobres) frente al auténtico drama humano por la supervivencia en los países del tercer mundo. Cada una de estas perspectivas nos va a aportar una visión que enriquecerá la reflexión y el valor del conjunto.
EJEMPLO SOBRE UN TEMA CONCRETO:
La eutanasia
¿Cuántas perspectivas podemos apreciar en este tema?
1) La del individuo que pide su propia muerte.
2) La de la persona que ha de facilitarle su muerte.
3) La de la ley.
4) La de la sociedad.
Si nos mantenemos en una perspectiva única, nuestra opinión es breve y pobre. Pero si miramos el asunto desde distintas perspectivas, inmediatamente surgirán interrogantes y respuestas o sugerencias que nos servirán para el desarrollo de la argumentación. De forma rápida, las perspectivas podrían plantearse así:
1) La interna o subjetiva: derecho del individuo Debemos reflexionar sobre el derecho que posee cada individuo para decidir sobre su propia muerte. No parece que nadie pueda interferir en este derecho, pero ¿Cuándo no puede suicidarse tiene derecho a exigir al Estado o a otro individuo que lo haga por él?
2) La externa: la persona que la aplica ¿Puede una persona, una institución o el Estado obligar a un individuo a matar a otro aunque sea por un buen fin (evitar el sufrimiento, por ejemplo)? ¿Cómo puede saber si quien se lo pide lo hace en pleno uso de sus facultades metales y no como síntoma de una enfermedad mental como la depresión?
3) Perspectiva legal ¿Es posible legislar sobre la eutanasia con garantías tanto para el sujeto como para el conjunto de la sociedad? ¿Cómo se legislará la garantía de que sea una decisión libre, voluntaria y consciente del individuo? Si se nombra un tribunal para que decida, ¿quiénes lo integrarán y con qué criterios de decisión?
4) En relación con la sociedad ¿Cómo asume la sociedad la regularización del deseo de morir? ¿Chocaría con principios religiosos, morales y éticos ancestrales o no?; (para los cristianos, musulmanes y judíos la vida es un don de Dios y solo Dios puede disponer de ella).
TERCERA FASE: POSICIONAMIENTO PROPIO FRENTE AL TEMA
Antes de empezar a redactar nuestra propia argumentación todavía nos falta un paso: definir nuestra postura ante el tema, y hacerlo sin miedo. El posicionamiento que adoptemos frente al asunto sobre el que opinamos constituye nuestro “tema”, es la idea que vamos a tratar de transmitir como conclusión en nuestro escrito y va a condicionar el desarrollo del mismo.
Tendremos que elegir como dominante, que no excluyente, aquella perspectiva que para nosotros tenga más fuerza lógica, moral o legal que las demás sin que ello suponga negar lo que de cierto haya en otras perspectivas analizadas.